La implementación de la educación inclusiva en las instituciones
La educación es un derecho fundamental en la vida de las personas, negarla es uno de los mayores errores que podría cometer una sociedad. Actualmente en Colombia, hay más de 2 millones de habitantes con limitaciones físicas, mentales, sensoriales o múltiples, un porcentaje de la población que debería tener los mismos derechos que cualquier otra persona que habite nuestro país. Sin embargo, en el pasado, las instituciones educativas no estaban capacitadas o preparadas para recibir niños y niñas con este tipo de discapacidades, ya que las leyes establecidas no eran claras con el tipo de educación y acompañamiento que debían ofrecer a los estudiantes en general.
En palabras de Stephen Hawking, “La discapacidad no debería ser un obstáculo para el éxito. Yo mismo he sufrido una neuropatía motora durante casi la totalidad de mi vida adulta, y no por ello he dejado de desarrollar una carrera profesional como astrofísico y de tener una feliz vida familiar”.
En el 2012 el DANE realizó una encuesta, la cual arrojó que el 80% del total de personas con discapacidad, entre las edades 5 a 9 años, no había alcanzado ningún nivel educativo, el 13,2% sólo había realizado preescolar y entre las edades de 10 a 17 años, el 41,1% no había aprobado ningún nivel educativo y el 33,9% sólo había cursado hasta primaria. Ante esta problemática, el Ministerio de Educación, para el año 2013; aprobó la Ley 1618 “por medio de la cual se establecen las disposiciones para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad”; sin embargo, esta ley sólo ofrecía instituciones o aulas educativas especializadas para personas con discapacidad. Finalmente, en el 2017 el MEN, expidió el decreto 1421, el cual propone un modelo de educación inclusiva en las instituciones, con el fin de desarrollar un proceso en el que se reconozca, valore y se dé respuesta a la diversidad de los estudiantes.
Como parte de esta iniciativa, se estableció el PIAR (Plan Individual de Ajustes Razonables) “Una herramienta con la cual tendremos toda la información sobre los estudiantes, sobre sus procesos de aprendizaje, la valoración pedagógica, social y la verificación de su diagnóstico”, explica Eliana Peñaloza, terapeuta ocupacional y directora del programa de educación inclusiva de la Secretaría de Educación (SED) de Barranquilla. Es decir, todas las instituciones educativas deben tener un programa de inclusión, en el cual junto a este plan del MEN, lo más importante sea involucrar a los estudiantes con y sin discapacidad, con el fin de generar un sistema de colaboración entre ellos. Para garantizar el funcionamiento de este, las instituciones deben capacitar constantemente al personal docente en el proceso de formación, implementando el DUA (Diseño de los Aprendizajes), un enfoque que facilita que los maestros eduquen a todos los niños por igual, sin importar su etnia, contexto en el que vive, proveniencia o discapacidad física o mental.
En el Gimnasio Los Portales, contamos con una política de inclusión ligada al PEI (Proyecto Educativo Institucional), que se traduce en acción a través del programa de educación inclusiva que acoge no sólo a estudiantes con discapacidad sino a cualquier alumna que presente una barrera para el aprendizaje y la participación permanente o transitoria. El Comité de Educación Inclusiva empezó hace varios meses la revisión de la ley 1421 del 2017, en la cual encontramos con gran satisfacción que nuestra propuesta cumple con un gran porcentaje de lo que estipula dicha ley y que desde hace varios años hemos tenido excelentes resultados en nuestro PIAR (satisfacción de los padres del programa del 93,3% en el período 2016-17). Como comunidad nos hemos enriquecido significativamente del reconocimiento y valor de la diferencia.
